La convocatoria citó, según fuentes de la delegación de gobierno de Madrid, a unas 6.000 personas en la madrileña plaza de Neptuno, cercana al Congreso de los Diputados. Las marchas tuvieron lugar tras una semana algo agitada en la red y en los medios de comunicación.
La semana comenzó con la Delegada de Gobierno de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, trató en numerosas ocasiones de desacreditar las manifestaciones tachándolas de ilegales por tener lugar cerca del Congreso.
También la Audiencia Nacional tomaría partido en los acontecimientos citando a algunos de los organizadores de las protestas como imputados por un presunto delito “contra altos organismos de la Nación”, acusándoles de “promover manifestaciones u otra clase de reuniones ante la sede del Congreso de Diputados cuando estén reunidos, alterando su normal funcionamiento”.
Ambas acusaciones fueron rectificadas tras una resolución de la Delegación de Gobierno en la que se admitía que la manifestación estaba amparada por el Derecho de Reunión, contemplado en la Constitución Española.
En este ambiente comenzaron las movilizaciones, una más pequeña desde Plaza de España hasta la Puerta del Sol y la principal, donde acabarían confluyendo todos los asistentes, en Neptuno y por todo el Paseo del Prado, incluyendo las asambleas ciudadanas que son costumbre en los últimos tiempos.
La convocatoria, que citaba a los manifestantes sobre las 17 h, transcurrió de manera pacífica hasta las 19 h, cuando se produjo la primera carga policial.
La policía justificó la carga alegando que hubo manifestantes que lanzaron botellas, piedras y demás objetos contundentes contra ellos. Entre episodios de tranquilidad y de caos, el dispositivo policial desplegado, con más de 1.300 agentes de diferentes grupos de la Unidad de Intervención Policial de la Policía Nacional, fue teniendo más presencia conforme pasaban las horas y se caldeaba el ambiente.
Finalmente, tras haber superado el tiempo de convocatoria de la manifestación sobre las 21h (la manifestación realmente no tiene un principio y un fin de la convocatoria oficial ya que se decidió no convocarla por medios oficiales, y quien se comunicó con la Delegación de Gobierno para este fin fue un ciudadano a título personal), y ante la presencia todavía de manifestantes en los aledaños de la Cámara Baja, los miembros de la UIP trataron de despejar la Plaza de Neptuno con salvas de pelotas de goma.
Llegados a este punto es cuando los acontecimientos realmente se descontrolaron, dando paso a numerosas cargas de la policía contra los manifestantes y carreras por todo el Paseo del Prado hasta Atocha. Las cargas llegaron incluso a la estacion de cercanías donde, en los andenes, los antidisturbios cargaron contra manifestantes y viajeros.
Las reacciones a los acontecimientos del día 25, que se saldaron con 64 heridos y 35 detenidos, han sido dispares. Por un lado los convocantes, los partidos de izquierda y las organizaciones sindicales han expresado su condena a la actuación policial, a la que tachan de brutal y desproporcionada. Por su lado desde la Delegación de Gobierno se felicitó a los agentes por su buen trabajo y su profesionalidad, mientras que, el Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz opinó que "la policía actuó magníficamente". Coincidente con esta última postura es la del Secretario General del Sindicato Unificado de Policía, José Manuel Sánchez Fornet, quien afirma que la policía se limitó a cumplir con su papel.

