martes, 25 de diciembre de 2012

Un año de Rajoy: El presidente invisible


Desde que ganara las elecciones las comparecencias públicas de Rajoy han sido escasas. Además de por su escasez, sus apariciones no se caracterizan precisamente por darse en momentos importantes, por ello se le viene echando en cara el estar desaparecido, el no dar la cara a la hora de anunciar las medidas más importantes que lleva a cabo su ejecutivo.

Luis de Guindos (Ministro de Economía y Competitividad)
Si a la falta de carisma inherente al actual presidente del gobierno le sumas su estatus de desaparecido obtienes la actual situación de desconfianza por parte del ciudadano de a pie. Esta ciudadanía de a pie, teniendo en cuenta que parte de ella votó a su partido para gobernar el país, se encuentra con que el actual presidente no ha dado la cara para explicar sus incumplimientos en materia electoral, salvo alguna vagueza escudada tras el argumento estrella de "es culpa de la herencia recibida".  Además de la no comparecencia a la hora de explicar sus incumplimientos electorales, hay una casi total ausencia cuando se trata de explicar los durísimos recortes que su ejecutivo está llevando a cabo. A la hora de explicar sus medidas en el congreso utiliza a sus "expertos en economía" Cristóbal Montoro y Luis de Guindos y deja que den la cara por él.

Solo habla sobre estos temas en los congresos del Partido Popular, arropado por su gente. También trata superficialmente los temas en el extranjero, en reuniones con homólogos de otros países que tienen la costumbre de dar una rueda de prensa tras cada reunión de cierta importancia. Es decir, habla únicamente cuando se ve obligado y, aún así, incluso en otros países en los que la prensa es menos incisiva hacia él, responde con los mismos argumentos vacíos de siempre "es culpa de la herencia recibida, se ha hecho lo que tenía que hacerse, traerá el crecimiento y el empleo...", argumentos que, viniendo del Presidente del Gobierno, no son precisamente una "promoción de la marca España".

Debido en parte a esta actitud de no afrontar sus propias decisiones y en parte a los brutales recortes que, sin embargo, no están dando los frutos económicos que esperaba, el actual presidente está perdiendo apoyo de una sociedad que está día sí, día también en la calle. Incluso los medios de derechas parecen renegar de Rajoy y sus políticas. Desde ciertos medios de derecha más extrema (Intereconomía, Libertad Digital, etc.) le llueven palos día tras día, acusándole de los mismos males que acusaban al expresidente Jose Luis Rodríguez Zapatero. Aún queda un sector de la prensa, especialmente entre la prensa tradicional de derechas (ABC, La Razón, etc.), que defiende la actuación de Rajoy al frente del ejecutivo, más por costumbre que por convencimiento.

Ante esta falta de liderazgo ya hay "compañeros" dentro del propio Partido Popular que van tomando posiciones para sustituir al desaparecido Rajoy en que surja la oportunidad. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, magnífico ejemplar de "bicho político", ya está agazapada tras los arbustos y lanzando piedras contra Rajoy con más o menos discreción, según el momento, en busca de un desgaste de la figura del Presidente en la imagen interna dentro de su propio partido. Por ejemplo, en el pasado congreso del PP de Madrid, afirmó que "no se recorta lo suficiente y que las reformas van algo lentas", además de insinuarse como candidata ideal diciendo que "las cosas hay que explicarlas y hay que dedicar tanto tiempo a explicarlas como a hacerlas". Pequeñas piedras que van cayendo sobre Rajoy (o su invisible forma) y que van a continuar cerniéndose sobre él poco a poco, hasta que llegue el momento y algún depredador político se aproveche de sus debilidades y ocupe su trono.




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