domingo, 30 de diciembre de 2012

Un año de Rajoy: Privatización de la sanidad en Madrid

Hablábamos en el post anterior de los recortes en sanidad, pues bien, en la Comunidad de Madrid más que recortes lo que se está llevando a cabo es un cambio de modelo sanitario: del público al privado. Bajo el pretexto de la situación económica desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid se está apostando por un modelo sanitario privado,  sembrando la semilla del pensamiento de que el modelo público no es sostenible.

Aunque desde septiembre de este año más o menos es cuando los médicos han estallado y han comenzado a protestar contra esta privatización, el proceso de privatización lleva ya muchos años en marcha. En los últimos cinco años ocho hospitales de gestión mixta público-privada y uno de gestión totalmente privada han sido abiertos en la Comunidad. En marzo de este año posaba sonriente en el único de gestión totalmente privada, el de Valdemoro, Javier Fernández-Lasquetty, Consejero de Sanidad. Ya entonces se iba tratando de hacer prensa de las virtudes de este tipo de gestión, con afirmaciones como que estos hospitales costaban a los ciudadanos 437 euros por cabeza, frente a los 734 que cuesta uno de gestión pública.

Como se explica desde los colegios de médicos y las plataformas en defensa de la sanidad pública como PATUSALUD, esto es una falacia, ya que sí que es más barato pero únicamente porque los centros privados atienden las enfermedades "baratas" de tratar dejando las de larga duración y difícil tratamiento (p. ej. el cáncer) a los centros públicos.



Además, una carta de Javier Taguas, expresidente de Seopan, como representante de las empresas concesionarias, reveló que ya en 2011 se alertó a Lasquetty de que se estaba creando una deuda no reconocida por la Comunidad de Madrid en torno a los 3 millones de euros anuales ya que hay ciertas actuaciones dentro de los centros que no hay forma de cuantificar, y a las empresas gestoras no les salen las cuentas como desearían.

Sin embargo, y pese a que los modelos privados y mixtos no está comprobado que funcionen tan bien como se espera, el proceso de privatización avanza inexorable sobre los hospitales de la capital. Pese a que hace unos meses la presión de las protestas consiguió parar la privatización del Hospital de la Princesa, hace escasos días, con los votos a favor únicamente de los diputados del PP, la Asamblea de Madrid aprobó la privatización de seis hospitales y 23 centros de salud.

La lucha contra estas políticas en la calle se ha encarrilado por medio de la Marea Blanca, un movimiento de médicos y enfermeros que ha organizado numerosas manifestaciones en este último tercio del año. Desde este movimiento se pide una sanidad pública y de calidad, que garantice la asistencia a todo aquel que la precise.

Desde la plataforma se asegura que no hay ninguna necesidad real de cerrar estos hospitales, y que la verdadera motivación de todos  los recortes que se están llevando a cabo es el lucro, que se busca convertir la sanidad en un negocio que no es posible con un sistema de salud público tan fuerte como el español, que es referencia de calidad a nivel mundial.

Otro hecho que se recalca es que las protestas no son unas protestas egoístas de médicos pidiendo un gran sueldo, que ellos no están quejándose de las repercusiones que estas políticas puedan tener en sus economías personales. Lo que piden es que se mantenga un sistema sanitario que merece la pena proteger para que las generaciones futuras lo puedan disfrutar.

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